lunes, 18 de julio de 2016

CRÍTICA: "TODOS QUEREMOS ALGO" ( Everybody Wants Some!! ) (2016)


Aquellas juergas universitarias de los 80´s en las que lacios y encasquetados peinados con bigotes imposibles llenaban las pistas de baile de colonias baratas al por mayor y amanerados y desternillantes bailes coreografiados, donde la juventud se reunía junto a aquellas salas de juegos repletas de pinballs (Kiss), rudimentarios pero a la vez alucinantes juegos arcade (Space Invaders), billares y futbolines capaces de dejar tuerto al que se arrimara, pasando tardes enteras consolidando amistades inquebrantables. Toda esta miscelánea ochentera se combina perfectamente en una muy lograda ambientación y un guión tan simple y ligero que serás incapaz de soltar la sonrisa durante casi las dos horas de duración. Una fauna de personajes a cada cual más pintoresco y divertido con su rol perfectamente definido dentro de este amalgamado grupo.



Sin apenas actores conocidos, porque no los necesita, ya que los personajes tienen el suficiente atractivo como para marcar una verdadera y genuina impronta, Linklater vuelve a homenajear lo que para mi es su única y mejor obra Movida del 76 (1993), en la que si vemos un sinfín de caras conocidas que en un futuro lograrían ser las estrellas que ahora conocemos, desde Ben Affleck, Renée Zellweger, Milla Jovovich o un sorprendente Matthew McConaughey pero ninguno reconocible entonces estando en los albores de sus carreras y con las mismas pintas retro que ahora nos devuelve Linklater a modo de secuela espiritual de aquella.



No tiene nada más que el simple esbozo del retrato generacional que tanto suele atraer y que el paso de los años las hace perpetuas e imprescindibles, desde los 50´s con la venerada Grease (Brillantina), los 60´s de Dirty Dancing marcando musicalmente una generación o los 70´s el propio Linklater en lo que ya es considera obra de culto y ahora esta que transcurre en los 80´s. Algo tan sencillo como mostrar la cotidianidad de unos chicos jóvenes en el resurgir y la efervescencia de su adolescencia, viviendo la que seguramente fue la mejor época de sus vidas, sin artificios baratos ni bromas escatológicas a las que estamos acostumbrados, con un humor fácil de conectar y unas pretensiones que no van más allá de la añoranza o la melancolía de un tiempo pasado donde todo era más natural donde una sociedad llena de sueños pero sin más aspiraciones que las de vivir la vida y disfrutar del momento, el tan parafraseado “carpe diem”, campaban a sus anchas. Así que nada resulta impostado, por raro que parezca, quedando todo tan trasparente y liviano que tan solo se atisba un cierto sarcasmo como herramienta inteligente para salvarse de la quema y de los clichés habituales.

Linklater nos hace sentir el espíritu que reinaba en esa época donde la diversión y el ocio eran las prioridades, donde las habitaciones eran santuarios plagados de colecciones de vinilos, equipos enormes de música, altavoces y amplificadores incluidos, y esa enorme pila de cintas VHS o Beta acumulando polvo en un rincón con un sinfín de grabaciones y sus rotulaciones correspondientes. Posters, alguna diana y muchas y variadas revistas de todo tipo completaban un mundo a parte donde refugiarse tras un intenso día al aire libre. Ese sentimiento lo trasmite tanto la cinta que se llega a respirar dando la sensación de vivir dentro de la película y no solo eso, desearías volverlo a vivir, un regreso al pasado con añoranza pero siempre con esa agridulce sonrisa al ver lo que fue aquella época dorada que se fue perdiendo y ha ido quedando atrás.


Quizá su única pega sea un excesivo metraje ya que con 20 ó 30 min. menos hubiese sido suficiente, decayendo hacia la parte final donde el aspecto amoroso toma parte protagonista de manera repentina y entre tanta gamberrada queda bastante ñoña, ya que no lleva una evolución lógica desde el inicio resultando algo forzado y edulcorado, haciendo honor a su anterior estilo en su alabada trilogía y deja atrás todos los aspectos que la hacían atractiva con ese tono más juvenil, alocado y descontrolado. Pero a pesar de todo esto es un disfrute total, una fiesta continua, llena de gags inteligentes y con un ritmo enérgico que se hecha en falta en otras de sus obras más lánguidas y trascendentes. La crítica especializada como siempre la apoya aunque no tan rotundamente como las anteriores dejándola en un 87% en Rotten, algo bajo para lo que él esta acostumbrado, un 98%.


A nivel musical escuchamos de todo y muy bueno como no iba a ser menos en una cinta de este tipo. Destacar obviamente el archiconocido “My Sharona” de The Knack, un magnifico “Rapper´s Delight” interpretado por los mismos protagonistas dentro de un coche deportivo a lo Starsky y Hutch que no tiene desperdicio y que os pongo abajo, los ZZ Top, Jermaine Jackson, si, si el hermano con “Let´s Get Serious” o los discotequeros “Sake Your Groove Thing”, “Give Up The Funk”, “Ladies Night” de Kool & The Gang, “Bad Girls” de Donna Summers, “Good Times” de Chic o los más rockeros como el “Heart of Glass” de Blondie, “Another Ones Bites The Dust” de su excelencia The Queen, “Heartbreaker” de Pat Benatar, Van Halen o el mítico “Beacuse The Night” de Patti Smith, y por su puesto una gran sorpresa el new wave de Devo y su famoso “Whip it, terminando con los sublimes Dire Straits o The Cars. Como tema me quedaría por la sorpresa con el “Whip it” de Devo pero el momento rap no tiene desperdicio, es antológico. 




Nota Personal: 7,5 *** Buena

Por @die18_9

2 comentarios:

  1. Promete...
    Me encantan tus crónicas, Diego B Ale. No soy una gran cinéfila, pero tú das ganas de ir al cine, jeje...

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    1. Maria, muchas gracias!! Mi intención es esa al escribirla, que lo mismo que yo he sentido transmitirlo y que os animeís a verla. Gracias por tus comentarios :)

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