jueves, 4 de agosto de 2016

NOCHE EN LA OSCURIDAD - HISTORIA DE UN VILLANO

Bane

De la mas profunda oscuridad una luz gritaba: ¡Vida!

No era una luz a la que muchos pueden estar acostumbrados, quizás ni siquiera debería llamarle luz. Tan solo aunaba todo aquello que la define: brillo, color, esperanza…

Es cierto que cada uno tiene para si mismo su propia concepción de la luz. Unos pensaran en lamparas, focos, linternas... otros irán mas allá y miraran al cielo en busca del Sol. Otros sin embargo, la encontraran en su religión. Pues bien, para mi toda esas concepciones no significan nada. No encontraras esa luz en lamparas,focos o linternas, puesto que esa luz se puede comprar. No encontraras la luz en el Sol cuando la noche se abalance sobre ti y no encontraras luz en la misericordia divina, pues solo la veras en el cielo, cuando la Muerte te haya llevado mas allá.

Esa luz luchó por darme la vida y me la arrebataron. No tenían derecho. Han estado viviendo unas vidas que no les pertenecen, tranquilos, felices. Ignorando todo aquello que creían haber dejado atrás. Pero no. No es así. De Gotham aprendí que no existe la justicia. Que el poder y el dinero prevalece sobre el valor de una sola vida. Que los tipos malos tienen oportunidades y la gente común no existe. Todos son una manada de ladrones, infieles, corruptos y falsos que solo trabajan bajo un puño de violencia. Allí una sombra gobierna la noche, tiñe las calles de sangre, creyendo que logra la justicia que la ley y el orden no logran establecer.  Pero lo más gracioso de este asunto es que no han llegado a conocer a la violencia. No saben su nombre, no saben como actúa, no saben siquiera si existe. Pues bien, yo les enseñare que es perderlo todo. No tener nada significa renacer de las cenizas. Yo les enseñare el nombre de la violencia, el cuerpo del dragón, el alma del demonio. Mi nombre es Bane.

Nací en una prisión poco convencional alejada de la civilización. Allí mi madre todavía embarazada, condenada por amar a mi padre, un revolucionario de origen belga que intentaba parar un golpe de estado de unos fascistas en un país perdido, sobrevivía a duras penas bajo la condena de por vida. Dentro de esa cueva del demonio la gente no lograba sobrevivir apenas un mes, pero mi madre sacó las fuerzas necesarias para aguantar hasta que yo naciera. La negaron atención medica y tuvo que arreglárselas ella sola para dar a luz. Muchos cuentan que en aquella lluviosa noche el silencio se apodero de toda la prisión y que solo se oían los gritos de mi madre. También dicen que nunca más volvió a llover allí y que jamas habían visto temblar el suelo de aquella forma. Muchos pensaban que el mismísimo Diablo subía desde el infierno para hacerles pagar por sus pecados. Otros hasta creyeron ver a una sombra paseándose por las celdas en busca de voluntarios que no tuvieran miedo a morir con tal de servirle. De esa sombra recuerdan que solo se llevo a una ñiña salvaje que los guardias habían encontrado en un bosque.

Tras el parto, mi madre no se podía mantener ni siquiera en pie. Yo sentía como la luz se apagaba cuanto mas tiempo pasaba. Y no era yo el único que lo sentía, los guardias también lo hicieron. Tanto tiempo aguantando por dar a la luz en esas condiciones acabaron con ella. Lejos de una despedida digna la lanzaron en una caja de madera al cabo Tiburón. Imaginaos lo que paso con su cuerpo. Se merecía un adiós humano y no como si un animal se tratara. Estoy seguro que fuera a donde fuera ella encontró su luz de nuevo. Porque aunque por mucho que lo neguemos si que existe buena gente en el mundo. Gente que comparte su luz con otros para que se den cuenta que hay mas caminos que la oscuridad…

Estuve 8 años encerrado en esa prisión. No podíamos llamarlo siquiera celda puesto que no veía a alguien en 7 meses. Lo mas cercano al contacto humano que tuve era ver la mano del guardia abriendo la jaula de la caja con mi comida. Si tenia suerte eran unas cuantas ratas vivas y me las tenia que apañar para poder cazarlas y comerlas. A partir del noveno año los prisioneros empezaron a desaparecer. Al parecer, un científico empezaba a experimentar con una nueva droga llamada Veneno. Nadie sobrevivía siquiera a una dosis de ella y se iban quedando sin sujetos para experimentar. Entonces me di cuenta que posiblemente aquella fuera la única forma de salir de aquella cueva. Era un todo o nada. Pero en aquellos momentos no tenia nada así que no me quedaban muchas alternativas. Pasaron 2 meses hasta que me llevaron a la sala donde se disponían a inyectarme Veneno. Lo ultimo que recuerdo es como me tumbaron en una camilla y el hombre que llevaba la jeringuilla me miraba con una sonrisa y me dijo: -¿Sabes que tenemos en común tú, Dios y yo?... -Que ninguno tendría la mínima piedad de salvar la vida del uno al otro. Considérate un dios o acostúmbrate a su ira. Es la única manera de sobrevivir en este mundo…

De la mas profunda oscuridad una luz gritaba: ¡Vida!

Fueron las olas, los golpes y el trueno los que me despertaron. Estaba encerrado y todo daba mil vueltas a mi alrededor. Logre romper la caja donde estaba encerrado y todo se lleno de agua. Entonces caí, me habían tirado por el Cabo Tiburón igual que a mi madre. No estaba solo… Decenas de escualos me rodeaban y luchaban entre ellos por quien seria el primero en devorarme. Lo notaba en sus ojos… tenían miedo, muchos dieron la vuelta, otros amagaron por instantes pero al cruzar sus ojos con los míos huyeron. El miedo y el temor nos hacen huir del peligro, de lo desconocido. Sentía como me hacia mas fuerte, como Veneno se fundía en mi sangre, como olvidaba lo que era el miedo y lo transformaba en odio, en ira. Creía que nunca tendría miedo, nunca jamas temería nada, pero estaba muy equivocado.

Salí del mar alborotado. Solo me hacia falta una sola inspiración para recobrar la compostura. En la orilla se encontraba una avioneta negro mate. Delante de ella estaban dos hombres vestidos de negro que me miraban seriamente. Me acerque a ellos y cuando justo llegaba a escasos metros suyos, se metieron en la avioneta. Les seguí y me dijeron que entrara también. Comenzó el largo vuelo y no intercambiamos palabras hasta que pasaron varias horas. Ellos escribían en sus grandes cuadernos y de vez en cuando me miraban como si quisieran asegurarse de que todavía respiraba. Entonces empezaron a hablar…

Me contaron que un hombre disfrazado de murciélago aterroriza las calles de Gotham. Que ellos eran la causa que lo había echo tan fuerte. Habían creado a un justiciero enmascarado que mataba por su propia justicia y no por la de Gotham. Lo habían intentado varias veces pero no eran capaces de someterlo. Se les veía preocupados. Me dijeron que yo era su ultima baza. Necesitaban el renacer de la noche oscura para combatir a la sombra, al puño del Diablo. Añoraban las calles llenas de gente sin miedo a ser juzgado por Él. Yo era el elegido para parar al murciélago. Le arrancaría las alas y escucharía sus gritos suplicándome. Batman debe morir.

Me propuse buscar ayuda para lograr llamar la atención del murciélago. No hay mejor lugar en la Tierra para buscar a unos locos dispuestos a morir y disfrutar de su locura como Gotham. Había oído historias de un nuevo grupo de antihéroes que estaban liándola por la ciudad y que podrían serme de utilidad, pero estaban demasiado ocupados encargándose de salvar a la ciudad. Quizá algún día me una a ellos, parecían un buen grupo de locos desalmados pasándoselo bien. Finalmente me decidí por Arkham. No fue difícil, ya que la clave de todo es alimentar la locura de los prisioneros. Una vez llegue allí, solamente hizo falta recordarles quien les había metido allí para que se alborotaran. 54 guardias son los que custodian la prisión. 54 muertos al final del día…

Ahora es solo cuestión de tiempo. La noche se volvió aun mas oscura. Pero no es ese tipo de oscuro que te enseñan en las películas en las que el malo lleva una capa negra. No, ese no. Os hablo del oscuro del que nadie puede hablar porque nadie que lo haya visto lo ha podido contar. Ese oscuro recoje todo el miedo, la maldad y la locura de Gotham y se abalanza sobre ti. Notas como empieza a llover llevándose la sangre de los guardias. Oyes al trueno avisándote de que no deberías estar allí, que nada bueno se avecina.

¿Recuerdas la luz de la que te hablaba al principio del relato, tan pura, brillante y con la capacidad de alumbrar todo aquello que lo rodeaba? Pues ahora, imagínate que algo se interpone entre tu y esa luz. La sombra que resulta, esa sombra es lo mas terrible que un hombre jamas podrá ver….

Lo vi, justo delante de mi, a tan solo unos pasos. Vi al demonio. Me miraba pero yo no podía ver sus ojos. Notaba el odio, el miedo y la rabia con su presencia. Miraba a un hombre que lo había perdido todo. No habló, yo tampoco. Empezó a caminar hacia mi, seguro de su paso. En ese instante empece a recordar porque había llegado hasta allí. La injusticia que se llevo a mi familia, los años en la prisión, el cabo Tiburon, Veneno… Veneno se fundía en mi sangre, sentía como así no podría sentir dolor alguno y luchar como un dios. Pero no, no era suficiente, la sombra que tenia delante era otra cosa. Batman debe morir. Apreté los puños con decisión y pise fuerte el suelo. La batalla estaba a punto de comenzar. Y entonces, y solo justo entonces y por primera vez en mi vida tuve miedo. Lo temo…


Bane

-¿Sabes que tenemos en común tu, Dios y yo?... -Que ninguno tendría la mínima piedad de salvar la vida del uno al otro. Considérate un dios o acostúmbrate a su ira. Es la única manera de sobrevivir en este mundo…



Por @Adricglez

2 comentarios:

  1. Brutal compañero,sin palabras

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  2. Muchas gracias Jose, espero que lo hayas disfrutado y conocido mas de este gran personaje de DC.

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