domingo, 17 de abril de 2016

MR. ROBOT, LA DISTOPIA EN QUE VIVIMOS

Hoy no me enfocaré precisamente en cine sino en una serie más que notable. Antes de nada una advertencia: precaución al leer reseñas de esta serie ya se están haciendo spoilers inintencionados (la explicación más adelante). Excepto en ésta crítica, claro está, en la que seré cuidadoso.

Tras el triunfo de Mr. Robot en los premios Globos de Oro muchos se animaron a ver esta (corta) serie pero pasado su momento estelar, su minuto de gloria, está diluyéndose entre la agresiva competencia de tanto producto televisivo en el que algo de tres meses de antigüedad es antiguo.



¿De qué va Mr. Robot?

Hackers. Pero el hackeo solo será el pilar central. Alrededor de ello se desprende toda la mitología sobre el underground digital, cimentada sobre el control de las masas vs el mundo de los inadaptados sociales con acceso a la información real. Ya se sabe que un pesimista es un optimista bien informado así que no esperemos una serie complaciente ni simplemente entretenida, para eso mejor enchufarse la 8ª temporada de Castle.

En esta mitología encontramos todos los tópicos esperables, sin rubor alguno desde el estreno de Hackers (1995), pero tratados con un respeto y una credibilidad que la aposenta en terreno bien firme. Si te gusta el género pero aun te da desconfianza debes saber que es de los pocos productos del género que han tenido el beneplácito general de informáticos y demás tribus implicadas, así como ocurrió con The Martian y la comunidad científica.

Hasta aquí sólo os he hablado del punto de partida ya que cuando parece que el siguiente capítulo no puede sorprender más nos lleva a lo largo de ésta primera temporada hacia una conclusión entre lo utópico y lo apocalíptico.

Sinopsis.

Elliot (Rami Malek), un cerebrito casi autista, trabaja para una pequeña empresa de seguridad informática entre visitas al psiquiatra, stalkeo a sus conocidos y rayas de morfina. Esta construcción del personaje ya lo hace lo suficiente atractivo pese a pasarse la temporada con la viscosa mirada perdida en el infinito y diálogos monosilábicos. A partir de aquí la serie no hace más que crecer en complejidad, personajes y situaciones: un directivo de la diabólica corporación omnipresente, una vecina camello, una amiguita pija de la infancia, un colectivo secreto al puro estilo Anonymous y un PLAN. Pero paulatinamente la confusión mental del protagonista nos arrastra al fondo de la desconfianza más paranoide.


Tyrell Wellick (Martin Wallström), némesis de Elliot: impecable, ambicioso, narcisista, siempre luminoso...
¿De qué fuentes bebe?

El cine de Tarantino es una sucesión de momentos y tópicos robados pero ¿es un mal director?. Parece haber consenso de que en absoluto lo es. Así Mr. Robot muestra una amalgama de referencias llevadas con tanto respeto que sólo hace que crezca su interés capítulo tras capítulo.

Y el principal referente formal no diría que es Hackers, Cortocircuito ni ninguna película ciberpunk, sino otra gran serie muy reciente: Utopía. Visualmente está un paso por detrás pero es un gran sustituto para los que lamentamos su cancelación. Realmente hay tantas referencias que ni siquiera voy a enumerarlas, esa lista no le servirá a nadie a hacerse una idea del resultado final, sólo servirá al ego del crítico enciclopédico de moda.




Anonymous (real) vs Mr. Robot (serie)

Aquí es donde algunos críticos bienintencionados suelen cometer el spoiler respecto tramo final de esta primera temporada: si te preguntan qué tal es Los otros de Amenábar lo último que debes decir es que se parece a El sexto sentido, ¿verdad?. Pues en esas estamos.

La serie

Esta serie destaca por tres pilares: guión, actuaciones y ambientación musical.

-       Los guionistas tienen claro que para hacerse un hueco en la sobresaturada oferta televisiva de productos de gran calidad no pueden andarse con medias tintas, así que actúan sin miedo, con ambición y sin obligarnos a hacer un ejercicio de suspensión de la incredulidad. Al contrario, el espectador debe exigirse un esfuerzo para implicarse en una trama que irá haciéndose tan laberíntica que empuja a un segundo revisionado una vez desveladas las sorpresas finales.

-       Las actuaciones son correctas para un producto de calidad a excepción del protagonista interpretado por Rami Malek, el cual resulta simplemente hipnótico. Dentro de esta corrección incluyo a Christian Slater el cual inexplicablemente se ha hecho con el Globo de Oro dejando con las manos vacías al protagonista.


-       Destaca la ambientación musical, pura experimentación electrónica que da un resultado fantástico contraponiéndose a una fotografía y escenarios hiperrealistas. Aparte, la elección de temas para la BSO tiene gran calidad sin ser en absoluto obvia, destacando un final de temporada con el tema actualizado de la conspiranoide Eyes Wide Shut. Referencias sin complejos.


Por último quiero señalar algo que tiene esta serie de lo que muy pocas pueden presumir: una filosofía. Por debajo del entretenimiento, las ocurrencias o personajes carismáticos (suficiente en la mayoría de las series) emerge una denuncia de principio a fin del mundo en el que vivimos. Pero no contentos con ello y dando un paso más nos incita a actuar contra la dictadura de todas nuestras Evil Corps. Los malos están ahí afuera, ocultos a la vista de todos.


Por @el_cinefago

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